¿Has entrado a un aula dónde todos los niños gritan?
Lo primero que llegamos a pensar en por qué hay tantos gritos, incluso cuando ya conocemos la respuesta. En sus primeros años de vida los más pequeños comienzan a descubrir que a través de su voz, de sus gritos o de gestos pueden expresar algo que sienten o incluso algo que no saben que están sintiendo. Por este motivo, el papel de maestro o tutor, es fundamental: es la clave de todo el proceso.
En los primeros años de edad, los niños repiten y copian patrones y modelos que ven en casa, en el colegio y en cualquier ambiente en el que se desenvuelvan. Cuando están expuestos a estos querrán hacer lo mismo.
El tono de voz puede hacer la diferencia en un ambiente, en una conversación e incluso en una instrucción. Todas las personas que están involucradas con niños deberían conocer la importancia de aprender a modular la voz para ser efectivos en la enseñanza y en el trato hacía ellos.
Por ello, os dejamos algunas recomendaciones para reflexionar y que pueden ayudar a calmar el ambiente en el aula.
1. El primer ejemplo es el ADULTO: tiene la capacidad de modular y controlar el tono de la voz cuando se dirige a los alumnos. Por lo que es importante mantener la calma, y no desesperar. No importa si continúan los gritos, el adulto debe mantener el enfoque en modular la voz. ¡ Al final ellos aprenderán a través del ejemplo!. La voz llegará a convertirse en uno de los mejores aliados para desarrollar ambientes de calma, serenidad y para que los niños aprendan cualquier cosa que se les presente.
- Amor y comprensión: con un tono de voz cálido y acompañado de palabras de afirmación, como: Palabras de afecto y cariño y palabras que orienten y guíen al niño en su aprendizaje. Les estaremos trasmitiendo que los queremos y comprendemos cuando el tono de voz es dulce, y es diferente a otras tonalidades que usas. El objetivo de todo esto es crear un ambiente seguro.
- Respeto y firmeza: la clave no es elevar la voz, para que ellos reconozcan la autoridad. Lo importante es que el tono y las palabras deben afirmar una instrucción, y para ello debemos mantenernos firmes en lo que se está diciendo. Todo lo que se diga como norma o instrucción debe traer una consecuencia positiva o negativa y debe cumplirse. Todo esto también ayuda a crear un ambiente seguro: todo lo que su maestro dice es verdad, se cumple y se hace real.
- Sorpresa: es otra de las palabras claves. El maestro debe asombrarse con tu tono de voz, cuando nos cuenten algo interesante, cuando está haciendo un experimento, cuando afirma un logro y también la hora de los cuentos. La sorpresa en fundamental para que los niños sepan que pueden disfrutar de los pequeños y grandes detalles de la naturaleza, de una historia y de más cosas por conocer.
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