¿CÓMO ACTUAR ANTE LOS CELOS DE NUESTROS HIJOS?
EL NIÑO CON CELOS. PAUTAS FAMILIARES.
CÓMO ACTUAR ANTE LOS CELOS DE NUESTROS HIJOS?
EL NIÑO CON CELOS. PAUTAS
FAMILIARES.
Los celos, son un estado afectivo caracterizado por el miedo a perder o ver reducidos el cariño y la atención de alguien querido. En un sentido estricto, se entiende, como el sentimiento producido por el temor de que la persona amada prefiera a otra; frecuentemente, este sentimiento va acompañado de envidia - resentimiento hacia quien se percibe como rival.
La persona que siente celos percibe
la realidad algo distorsionada; considera que es menos querida que antes,
parece tener un radar que le trae a la memoria lo que le produce angustia, su
autoestima suele ser baja, vive con ansiedad, puede experimentar rechazo a
aquello que le produce satisfacción, le cuesta centrarse en actividades que
exigen concentración, o se aísla en su mundo. Suelen ser personas sensibles, y
esta sensibilidad puede dar lugar a manifestaciones orgánicas como: tensión
muscular, dolor de estómago, cansancio, se hace pis (enuresis diurna o nocturna)
... Pueden experimentar sentimiento de rechazo hacia el otro hermano, deseos de
agredirle y esto hace que se sientan culpables, lo que a su vez incrementa su
sufrimiento. Es como un círculo vicioso que eleva su ansiedad y le impide
afrontar la vida con serenidad.
En la familia, la rivalidad entre
los hermanos por conseguir el afecto y la atención de los padres suele ser el
principal y primer motivo de celos.
Las fuentes de este sentimiento
pueden ser reales (particularmente cuando los padres establecen comparaciones
diferenciadoras entre sus hijos, que comportan un agravio comparativo para uno de
ellos) o imaginarias (cuando el niño/a atribuye o malinterpreta la valía y/o
intención de sus padres, hermanos o compañeros).
Los celos son un sentimiento
relativamente normal que hay que superar y no tienen importancia si son
circunstanciales y pasajeros, aunque hemos de prestarles atención cuando
alteren la convivencia y el desarrollo normal del niño o sean persistentes y no
remitan pasados los cinco años de edad.
Si se perpetúan pueden conducir a
un desarrollo anómalo de la personalidad, apareciendo síntomas muy diversos,
como agresividad incontrolada, manifiesta inseguridad, regresión y desajuste en
las relaciones interpersonales (desconfianza, terquedad y envidia)
¿CÓMO AYUDAR A LOS HIJOS ANTE EL
NACIMIENTO DE UN NUEVO HERMANO?
¿QUÉ DEBEMOS HACER?
-Procurar realizar las conductas
que exponemos a continuación:
-Fomentar la cooperación entre los
hermanos. (en las tareas de la casa, recados, en situaciones de juego ..)
-Observar y reflexionar sobre las
conductas celosas de nuestros hijos y reaccionar sin darles excesiva
importancia.
-Tratar con afecto y atención
frecuentes a tus hijos para que perciban que son queridos.
-Favorecer el juego con todos los
hijos (para lograr una mayor armonía entre los hermanos).
-Promover un clima de sosiego y
tranquilidad en todos los momentos posibles.
-Analizar entre los adultos las
causas posibles de los celos y las distintas soluciones. Educar a los
hijos en el control de sus emociones: aprender a soportar pequeñas
frustraciones, alegrarse del éxito de los demás, responder con tranquilidad
ante situaciones adversas, enseñarle a aceptar sus incapacidades y dificultades
con optimismo.
-Respetar la autoridad de los
padres y admitir los límites establecidos en la familia. Conseguir que se
acepten las normas de casa de forma democrática. Resulta necesario conseguir
que se respeten aquellas normas que la unidad familiar estime La familia ante
los celos infantiles: Pautas y orientaciones imprescindibles. No obstante, si
algún hijo se rebela, conviene que los padres expliciten los límites de la
convivencia familiar.
-Respetar el espacio de juego e
intimidad de cada hijo. Estimular a los hijos para que expresen lo que sienten
con libertad y puedan compartir tristezas y alegrías.
-Estimular a los hijos y darles
seguridad.
¿QUÉ DEBEMOS EVITAR? (en la medida de lo posible):
-Los
gritos y las descalificaciones.
-Las
atenciones y dedicación excesivas.
-Privilegios
a unos hijos frente a otros.
-Comparaciones
entre los diferentes hijos.
-Intromisiones
en los conflictos de los hijos y tomar partido en ellos (siempre que no haya
agresión).
-Atenciones
y recompensas al “chivato”.
-Comentarios
de vecinos, amigos y familiares haciendo comparaciones de vuestros hijos.
-Un
trato irónico, o risa y burla ante conductas inadecuadas.
-Que
el hijo mayor deba asumir en todo momento la responsabilidad del cuidado del
hermano menor.
-La
competitividad entre hermanos.
-Tomar
en cuenta las conductas propias de bebé (impropias de la edad).
Comentarios
Publicar un comentario