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"Mi hijo no se despega de mí". Cómo fomentar la autonomía personal de nuestros hijos.

Mi hijo no se despega de mí

"¡No corras tanto, que te vas a caer!", "¡Abrígate bien, que hace frío!", "¿Qué haces ahí arriba? Baja ahora mismo. Por favor, ¡este niño me va a matar de un susto!" ¿Te suenan estas frases? Los padres nos preocupamos por nuestros hijos, pero a veces nos pasamos. Hay padres que consiguen transmitir su ansiedad al niño, y con ella una dependencia que le ayuda muy poco. Si queremos que nuestros hijos sean personas autónomas debemos adoptar actitudes que les ayuden a separarse de nosotros.


En el mismo momento del nacimiento de nuestro hijo se establece un vínculo afectivo entre él y nosotros muy poderoso e importante para su desarrollo. Para el niño es una cuestión de supervivencia: la presencia y el cuidado constantes de la madre, el padre o de otra persona significativa, son imprescindibles. Sin embargo, los fuertes lazos que se establecen entre madre e hijo comportan una dependencia, sobre todo por parte del bebé, que tiene que ir disminuyendo a medida que vaya creciendo y adquiriendo los hábitos necesarios para su funcionamiento autónomo.

Durante los primeros meses de vida, nuestro hijo aún no ha aprendido a almacenar en su mente la imagen de los objetos y personas que ve. Por eso, cuando no los ve, le parece que han desaparecido, quizá para siempre.

Esta explicación básica nos permite entender la ansiedad que siente nuestro hijo cuando nos alejamos de él. Es, por tanto, un mecanismo protector. No obstante, con los años, esta necesidad de proximidad física con las personas importantes para él disminuye hasta desaparecer.

Pero esta tendencia a ir 'despegándose' de la madre o de la figura familiar más importante no siempre se desarrolla como debería. En algunos casos, el niño no puede soportar la idea de que nos vayamos de viaje o a cenar fuera. También puede negarse a ir a la escuela, a dormir solo o fuera de casa, es decir, evitará por todos los medios que nos alejemos de su lado. 


¿Qué podemos hacer para fomentar la autonomía personal en nuestros pequeños?

Facilitamos algunas orientaciones:

  • Cuando nuestro hijo no quiera separarse de nosotros tenemos que evitar premiarlo o recompensarlo, porque eso reforzará la idea de que mantenerse a nuestro lado le reporta beneficios (sean los que sean) y lo que tenemos que conseguir es que aprenda a alejarse y valerse por sí mismo. No reforcemos la dependencia. 
  • Dejemos que ellos participen de las tareas cotidianas, aprendan a resolver los pequeños conflictos diarios y a superar pequeñas metas.
  • Ir retirando, poco a poco, los soportes que le facilitamos para realizar una actividad, hasta que la pueda hacer completamente solo.
  • Cuando llegue este momento, tenemos que reforzarle, valorando positiva y abiertamente lo que ha hecho.
  • Fomentar su curiosidad por el entorno, su responsabilidad ante una tarea y su iniciativa para llevar a cabo una actividad.

También podemos llevar a cabo otras actividades, como diversos juegos, muy útiles para que nuestro hijo aprenda a desvincularse progresivamente de nosotros (Ejemplo: jugar a esconder nuestra cara con las manos, con un pañuelo o con una sábana y, más adelante, que también la esconda el niño. Así podrá exteriorizar algunos de los miedos que le produzca el alejamiento de la madre y aumentará su seguridad. En este sentido, el juego del escondite es ideal para que aprenda a desligarse de nosotros).

Si a pesar de emplear diversas tácticas como las presentadas nuestro hijo muestra graves dificultades para alejarse de nosotros y actuar con autonomía, es importante que consultemos a un especialista.

El origen de este comportamiento dependiente se debe principalmente a los siguientes motivos:

  • No ha habido una separación gradual y progresiva de los padres con su hijo durante el curso evolutivo
  • El niño ha sufrido en algún momento una experiencia estresante a raíz de una separación
  • Los padres han reforzado la dependencia de sus hijos

¿Cómo conseguir una separación gradual?

Nuestro comportamiento
es fundamental para que nuestro hijo supere el miedo a la separación.

  • Podemos propiciar separaciones, primero breves y cada vez un poco más largas, diciéndole siempre que nos vamos y cuándo tenemos previsto volver. Al principio le costará aceptarlo, pero poco a poco, cuando se dé cuenta de que separación no significa abandono, lo irá asumiendo.
  • Debemos aprender a controlar nuestra ansiedad. Los padres que experimentan ansiedad cuando se separan de su hijo pueden 'contagiársela'. Estos padres protegen demasiado a su hijo y pueden generarle una inseguridad que no le permita desarrollarse independientemente.
  • Debemos evitar desde las primeras semanas que duerma en nuestra habitación. Aunque es más cómodo para los padres, es positivo para él tener su propia habitación y acostumbrarse a ser independiente. Le dará seguridad crecer sabiendo que, aunque no nos pueda ver, seguimos a su lado ofreciéndole todo nuestro amor y apoyo. Pueden producirse situaciones estresantes para nuestro hijo que no podamos evitar, como una hospitalización, un divorcio o una muerte, que provoquen una separación brusca. Necesitará afecto y compañía, pero no tenemos que excedernos. Debemos procurar que tanto el entorno del niño como nuestro comportamiento no cambien demasiado, ya que le resultará más fácil adaptarse a la nueva situación si mantenemos un ambiente lo más normalizado posible.

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