Actividades y sugerencias
Por ello, los papás y las mamás pueden colaborar para estimular y desarrollar el lenguaje del niño/a desde el inicio de su aparición. Estas son algunas actividades y sugerencias que se pueden llevar a cabo:
-Describir las actividades cotidianas (la comida, el baño, el vestido…) utilizando diferentes recursos expresivos como si fueran historias fantásticas.
-Mostrar imágenes de objetos que emiten sonidos e imitar su onomatopeya: moto, reloj, teléfono, coche, tren, avión, campana, ambulancia
-Realizar preguntas a lo largo de las actividades cotidianas como «¿qué quieres que te dé?, ¿dónde está?, ¿cómo se llama?»; ofreciendo la respuesta y volviendo a formular la misma pregunta.
-Colocar sobre la mesa diferentes objetos de uso habitual, pedirlos uno a uno y reforzar el logro de manera positiva cuando el niño los entregue.
-Emplear todo tipo de cuentos (de cartón plastificado, plástico, tela) y revistas. Y animar al niño a que pase las hojas mientras el adulto nombra los personajes y objetos que aparecen en ellas. Reforzar positivamente cualquier intento de sonido por parte del niño como si hubiera nombrado la imagen.
-Cantar canciones sencillas y animarlo a repetirlas juntos.
-Pedirle que señale las imágenes de un cuento que conoce muy bien mientras se narra de nuevo.
-Grabar los sonidos que produce el niño y reproducirlos cuando está en silencio.
-Siempre que el niño señale algo que desea (agua, pan, un juguete…), animarlo para que lo solicite con sonidos procurando que, progresivamente, ensaye y mejore la pronunciación: debe escuchar al adulto pronunciar el nombre, pero nunca hay que corregir los intentos del niño.
-Jugar con él a llamar de distintas formas a papá, a mamá, o a su muñeco preferido: muy alto, bajito, chillando, marcando las sílabas, alargando los finales…
-Al pasear por la calle, jugar al ¿dónde está?: «¿dónde está el árbol?, ¿dónde está la nube?, ¿dónde está el perro?, etcétera».
-No dar la sensación de que comprendemos lo que nos pide cuando lo hace mediante gestos, preguntarle «¿Qué quieres?» aunque sepamos lo que nos pide. Se trata de estimularlo para que lo diga de forma oral.
-Utilizar cuentos de imágenes para describir los objetos que aparecen, para luego proponerle que se lo contemos entre los dos a otra persona, a papá, a mamá, a los abuelos, a un muñeco…
-Contar, apoyándonos en alguno de sus muñecos, historias sobre lo útil de usar el lenguaje para conseguir lo que queremos: «Y entonces este muñeco tenía mucha sed, pero no sabía decir "Quiero agua" y nadie sabía que tenía sed...».
-Mostrar fotos de familiares y conforme van señalando a cada uno de los que aparecen decir su nombre. Pedirle al niño que repita la actividad él solo.
-Mirar por la ventana de casa y jugar a qué vemos: cada uno dirá un elemento a la vez que señala el lugar en el que está.
-Preparar una caja con objetos de una misma familia (animales, medios de transporte, objetos de la cocina...). Mostrar uno a uno los objetos diciendo el nombre y establecer una conversación sobre ellos en la que el niño espontáneamente elaborará frases con esos nombres.
-Cuando esté jugando solo, aprovechar para preguntarle a qué juega, con qué...y jugar con él.
-Dar la descripción de un objeto conocido de la casa sin nombrarlo para que el niño lo busque y se lo entregue al adulto.
-Pedir que coloque algunos objetos en un lugar determinado que esté a su alcance.
-Al volver de una salida, pedirle al niño que cuente qué hizo, dónde fue, qué vio, con quién fue…
-Durante una salida al parque, un paseo, la compra en el supermercado…, comentar el recorrido, lo que están viendo, qué hay en los estantes, pedir que coloquen en la bolsa de la compra algún producto…
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